Herencia Musical

En este episodio de “Bogotá en Clave Filarmónica”, nos adentramos en el apasionante mundo de la música colombiana y el papel crucial que juegan las nuevas generaciones de músicos. Para este episodio, tuvimos el honor de tener como invitado a Andrés Francisco Cristancho, el director de la Banda Filarmónica Juvenil de la Orquesta Filarmónica de Bogotá.

Para comenzar esta emocionante conversación, es esencial retroceder en el tiempo y recordar a una figura fundamental en la historia musical de Colombia: el abuelo de Andrés, Francisco Cristancho Camargo, a quien se le considera una gloria de la música colombiana. Su historia única y su profundo amor por la música son elementos que han dejado un legado imborrable en la familia Cristancho y en la música colombiana en general.

Nacido en el pequeño pueblo de Isa, Boyacá, Francisco Cristancho Camargo vivió una vida de retos y aventuras desde temprana edad. A la edad de 7 años, partió solo hacia Tunja debido a circunstancias familiares, en un viaje que duró dos días a lomo de burro. Desde entonces, comenzó su viaje en el mundo de la música, una travesía que lo llevaría a Europa, donde su mente disruptiva y su enfoque único transformaron su relación con la música.

Este espíritu creativo y revolucionario se transmitió de generación en generación, influyendo a su hijo y su sobrino, y finalmente llegando a Andrés, quien hoy dirige la Banda Filarmónica Juvenil de Bogotá. Esta banda, con sus arreglos únicos, abrazó la música popular colombiana y jazz, desafiando las normas tradicionales y llevando la música a las calles de Bogotá.

Francisco Cristancho, además de ser un destacado ejecutante de trombón, dejó un legado como compositor y un talentoso instrumentista. Su contribución a la música colombiana, con bambucos, pasillos, danzas y torbellinos, dejó una marca imborrable.